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lunes, 6 de febrero de 2012

El acoso laboral no es lo mismo que el estrés laboral


El acoso laboral (mobbing) tiene carácter sistemático y es una conducta
abusiva o de violencia psicológica a la que se somete a una persona en el
ámbito laboral y que se pone de manifiesto en comportamientos contra la
dignidad o integridad psíquica del trabajador y pongan en peligro o
degraden sus condiciones de trabajo.


En los episodios de acoso laboral se atenta contra los derechos
fundamentales de la persona, como su dignidad e integridad moral.


Sin embargo, este tipo de comportamientos no pueden equipararse a aquellos
otros que solo llegan a comprometer los derechos laborales.


En el hostigamiento se aprecia intención de perjudicar al trabajador,
mientras que en el ejercicio indebido de la actividad directiva prima un
mal entendido interés empresarial.


Así pues, el acoso laboral ha de conllevar indicios de existencia de
vulneración del derecho a la integridad moral del trabajador, probando la
presencia de situaciones humillantes o vejatorias y que van más allá de la
simple consideración de una falta de delicadeza o tacto por parte de la
persona que acosa.


Un clima de tensión en la empresa no determina por sí solo la existencia
de acoso, ni una situación de traslado del trabajador, máxime si no consta
que hubiera sido impugnado, ni una discusión, por ejemplo, con un director
o jefe inmediato que tuvo por objeto el incumplimiento de una orden
empresarial, ya que la mayoría de estas conductas entran dentro de las
facultades propias del “ius variandi” empresarial. Por eso, los elementos
que configuran este tipo de situaciones en la empresa permiten hablar de
un mobbing subjetivo y, en último caso, de estrés laboral o de burn out,
que pudiera estar derivado del defectuoso ejercicio de las facultades
empresariales de dirección, habida cuenta el clima de tensión en la
empresa, pero no puede entenderse la presencia de una situación de
mobbing.


Para poder llegar a la categoría de acoso laboral, se tienen que dar unos
componentes objetivos:


a) Sistematicidad en la presión


b) Relación de causalidad con el trabajo


c) Falta de amparo en el poder de dirección


d) Elemental gravedad


Finalmente indicar que los mecanismos de mobbing admiten distintas formas,
que van desde las actitudes más groseras y violentas a las técnicas de
mayor sutileza, pero que se debe cumplir también el componente subjetivo
de la “intencionalidad denigratoria y carácter individualizado, que no
colectivo, del destinatario".

Antonio Sánchez-Cervera
Socio Director
http://www.acerveraabogados.com