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domingo, 6 de enero de 2013

Crisis en el empleo, estrés y suicidio laboral



Una persona desesperada, mujer u hombre, puede, en un momento determinado, buscar el consuelo mortal al volver de su trabajo.

En el hervidero económico de muchas de las naciones que conforman la vieja Europa, se está incubando irremediablemente un malestar que se extrapola a las grandes ciudades y que a menudo lo podemos asociar al estrés laboral.

La tragedia de perder el empleo y la presión psicológica a la que se ven sometidos muchos de los trabajadores que parecen vivir en una  situación de incertidumbre laboral, que, obviamente, lastra la relación familiar e interpersonal, puede abocar lamentablemente al suicidio.

France Telecom en Francia -35 trabajadores acabaron con su vida entre los años 2008 y 2009- fue la avanzadilla de algo que puede ocurrir en cualquiera de  los países europeos donde la crisis elimina el trabajo, donde la oleada de suicidios es la cara visible del problema.

El por qué del suicidio laboral

Cuando un empresario se excede de su poder de dirección, organización y control sobre sus trabajadores, sin lugar a duda alguna, se está extralimitando en sus funciones, más allá de lo permitido o conveniente. Es entonces cuando la Justicia debe imputar a la empresa o al grupo de empresas la imputación requerida, aunque el proceso dure los años que tenga que durar. No se trata de que exista un intento premeditado de crear sufrimiento en la plantilla, que de facto está claro que ha existido en muchas de las ocasiones, sino de  reconocerlo y evitar que vuelva a pasar.

Por ejemplo, los despidos colectivos no siempre están justificados. Con la nueva reforma laboral llevada a cabo en nuestro país por el Real Decreto 3/2012 de 10 de febrero, parecía razonable extinguir contratos de trabajo cuando en realidad no existía causa en sí. Parecía servir la nueva normativa como una especie de coladero para eliminar a trabajadores de más antigüedad  e ir sustituyéndolos por contratos más precarios y temporales.

Han sido los tribunales los que han ido y están acotando tales abusos. Así, cuando se aleguen causas económicas, los Tribunales Superiores están anulando las decisiones de muchas empresas bien porque forman parte de un grupo empresarial y no sirve que se tome la situación económica solo de una compañía para justificar la aplicación de un ERE, exigiéndose que se tome en consideración —y, por tanto, se documente— a todo el grupo, bien porque  sí que tiene que haber una negociación con voluntad de llegar a un pacto con lo que se  refuerza el papel negociador de los representantes de los trabajadores, algo que salió muy tocado de la reforma. La documentación para justificar un despido por causas económicas debe reflejar con fidelidad la situación de la empresa. No valen unas cuentas provisionales, especialmente si se usan para prever pérdidas en el futuro, si difieren del resultado definitivo y auditado. Es necesario la existencia de una causa objetiva que además hay que demostrar irrefutablemente.

En definitiva, los despidos tienen  un límite. No se  acepta que se intente echar a trabajadores a la calle y se contrate al mismo tiempo, ni que una empresa extinga contratos durante la vigencia de un ERE de suspensión de empleo en el que se ha comprometido a no despedir, pues no olvidemos que los ERE son un coste social para ayudar a empresas en crisis o con dificultades de productividad que afectan a su supervivencia. No son ni deben ser un medio de destrucción de trabajo para generar más riqueza ni beneficio al empresario que no está en crisis ni tiene dificultades reales.

Del suicidio laboral

El suicidio en sí no debe ser un tabú, lo que hay que hacer es buscar soluciones a esta lacra que cada año acaba con miles de personas, máxime cuando éstas muertes se asocian al estrés laboral.

No hay que olvidar que en países como Francia, Italia e incluso el nuestro uno de cada cinco empleados tiene problemas de salud ligados a la tensión en el trabajo y un tanto por ciento nada despreciable (casi por encima del 9%)  de los mandos tiene ideas suicidas.

Factores que predisponen al suicidio en el mundo de la empresa y de las organizaciones

Podemos citar, entre otros, los siguientes:

 a) La presión

 b) Los cambios de organización

 c) La excesiva importancia que se da al éxito profesional

Crisis y suicidio van como en paralelo. El nexo causal del suicidio laboral se encuentra en el lugar de trabajo, no lo olvidemos.

Especial referencia al sector del orden publico

Es significativo que en la policía se estén dando casos de suicidio en el lugar de trabajo. Este es uno de los requisitos para que la muerte sea reconocida como accidente de trabajo.

El estrés en este sector hace estragos hasta el punto que es absolutamente necesario aprobar un plan de urgencia para incitar a las  empresas a negociar planes de lucha contra estas tensiones, buscando la motivación necesaria para sanar la herida. De lo contrario la epidemia de suicidios se puede hacer crónica. Por ello, consideramos importante, con el asesoramiento debido, reclamar legítimamente los derechos que normativamente amparan a cada uno.

En nuestro país, en la policía municipal, se están incrementando los suicidios.

Día  tras día, con la tormenta de la depresión descargando en su cerebros, muchos de los policías municipales  se ven sometidos a la presión de la delincuencia en las calles, a más horas de trabajo y menos sueldo, a problemas personales de conciencia ante los desahucios, a amenaza de expedientes, a  reducción de los tiempos de descanso y un largo etcétera.

Se hace preciso tomarse en serio las condiciones de trabajo de este colectivo y su salud mental, que no debe limitarse a unos simples reconocimientos médicos ni a la formalización de unos  meros test de conducta, sino que los que mandan en la seguridad, los políticos, se conciencien de la necesidad de terminar con esa lacra que aboca al suicidio en muchas ocasiones.

Téngase en cuenta  que solo en 2012 siete agentes de Madrid se suicidaron.

Otros sectores afectados

Nos referimos por profesiones a los siguientes:

 - Médicos
 - Farmacéuticos
 - Enfermeras
 - Militares

Al final, el estrés acumulado en estas profesiones, unido a algunos problemas personales en algunos casos, conforman el infernal binomio del suicidio laboral.

Antonio Sánchez-Cervera

Abogado especialista en Discriminación laboral y Mobbing

www.ACERVERAabogados.com